sábado, 25 de junio de 2011

Only Time


Cerré la puerta del bar y salí a la calle. Me impregné de la brisa estival que se metió por cada uno de mis poros. En cuestión de minutos había adelgazado decenas de kilos al quitarme tal presión de encima. Sonó el teléfono y me negué a responder. No quería saber ni quién podía ser a esas altas horas de la madrugada. No me apetecía hablar con nadie... Necesitaba cruzarme con la esperanza e invitarla a que se quedara en mi vida.

Caminé. Madrid por la noche es una ciudad preciosa, ¿lo sabíais? Bajé hasta la Gran vía sonriendo. Quizás sin motivo aparente, pero yo sabía que no era así. Mi vida comenzaba de nuevo. Había decidido reanudarla justo en el sitio exacto en el que un día decidí detenerla.

Volví a sonreír y cuando me quise dar cuenta estaba riendo a carcajadas. Un piropo proveniente de una sonrisa bonita me iluminó la cara. En un momento comprendí todo y eché a correr al ver que se acercaba mi autobús, porque con él se aproximaba mi momento.

Mis amigos me estaban esperando. Nos íbamos a la playa. El verano se había instalado y el sol quería besar mi piel y colorearla de rojo sin piedad. Sí, era momento de grandes despedidas, pero no había nada que temer. No. Porque comenzaba mi vida...

¡Era el primer día del resto de mi vida! Y qué bien se sentía...

No hay comentarios:

Publicar un comentario